calle Doctor José Peris,6
46910 - Benetússer (Valencia)9:30 a 13:30 y 17:00 a 20:00
sábados: de 10:00 a 13:00, CON CITA PREVIA• 17 de abril, 2018 •
La piómetra canina es una de las enfermedades del aparato reproductor más comunes en perras de edad avanzada, que no han sido esterilizadas, y en perras jóvenes que han recibido hormonas como terapia de anticoncepción, aunque puede presentarse a cualquier edad, siempre que el animal haya alcanzado la madurez sexual, es decir, haya tenido su primer celo.
La piómetra canina es una infección uterina, no contagiosa, que se caracteriza por la presencia de pus, bacterias nocivas y otros fluidos en el útero, y que si no es tratada a tiempo puede dejar graves secuelas e incluso provocar la muerte del animal.
La alta concentración de progesterona favorece la aparición de quistes en la pared del útero. Y estos quistes producen gran cantidad de fluidos que favorecen el desarrollo de las bacterias nocivas que han podido entrar en el útero a través de la vagina durante el celo, provocando entonces la infección.
* si se cierra totalmente, hablamos de piómetra cerrada, que impide el drenaje de las bacterias nocivas, el pus y demás secreciones hacia el exterior, favoreciendo el desarrollo de la infección.
Mientras que la piómetra abierta tiene mejor pronóstico, la piómetra cerrada suele ser más grave y de más difícil diagnóstico, y si no se actúa con celeridad la infección irá avanzando rápidamente pudiendo provocar insuficiencia renal, shock circulatorio o peritonitis, y muy posiblemente, la muerte del animal.
El tratamiento recomendado, más seguro y eficaz, es la ovariohisterectomia, es decir, la extirpación quirúrgica de los ovarios y el útero, combinada con antibióticos para el control de la infección.
Siempre que no estemos ante una infección generalizada, en la que el estado de salud del animal haya empeorado notablemente, el pronóstico tras la intervención suele ser muy bueno.
La mejor forma de prevenir la piómetra canina, segura y eficaz al 100%, es la esterilización completa temprana, antes del primer celo.
Extirpados el útero y los ovarios desaparece por completo la posibilidad de que las perritas sufran piómetra, además de otras enfermedades como tumores uterinos, tumores ováricos, tumores mamarios, y la posibilidad de embarazos no deseados.
Realizadas las pruebas pertinentes, analítica, radiografia y ecografía, se da un diagnóstico de piómetra enorme, enfermedad uterina por infección con un alto riesgo de mortalidad.
Se procede a su intervención quirúrgica apreciando el tamaño tan bestial de su útero y trompas y todo ello se extirpa con éxito.