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sábados abrimos, CON CITA PREVIA• 9 de febrero, 2018 •
La otitis canina es una de las enfermedades más comunes en perros y uno de los motivos de consulta veterinaria más frecuente.
Al igual que en los humanos, la otitis es una de las patologías más molestas que existen, pero no pueden ser tratadas de la misma manera, como tampoco afectan por igual a todas las razas de perros.
Lo que sí debemos tener muy en cuenta es que la otitis canina nunca viene sola, siempre hay un problema subyacente que la causa, provocado por diferentes factores, que provoca la inflamación del oído y que debemos identificar para administrar el tratamiento adecuado.
La otitis canina es la inflamación del conducto auditivo, ya sea a nivel interno/medio (desde el tímpano hacia el interior del oído) o externo (desde el tímpano hacia el exterior).
Aunque hay razas de perros más predispuestas a padecer una otitis, cualquier perro puede desarrollarla en algún momento de su vida, debido principalmente a la particular anatomía de su oído: a diferencia del oído humano, el canal auditivo en los perros es vertical, y por eso es más fácil que se asiente en él la suciedad y la humedad, factores importantes de riesgo de sufrir una infección.
Hay factores que facilitan (predisponen) el desarrollo de una otitis pero que por sí solos no son los causantes de la misma. Por ejemplo:
Entre los agentes causantes de la otitis canina encontramos:
¿Cúales son los síntomas de una otitis canina?
Dependiendo de si se trata de una otitis interna o una otitis externa, los síntomas serán más o menos visibles:
¿Se puede prevenir la otitis canina?
Siempre insistimos en ello, la observación del animal y su entorno será la mejor manera de detectar posibles problemas de salud.
En el caso de la otitis canina debemos de chequear los oídos de nuestro perro frecuentemente para comprobar que no hay cuerpos extraños, olores o secreciones anormales:
> si aparece suciedad, limpiar con una gasa (nunca bastoncillos) y, si es necesario, con un producto específico recomendado por tu veterinario de confianza.
> después de los baños, secar a fondo el oído.
> recortar el pelo, si éste va hacia el conducto auditivo.
Laika, una perrita de 5 años, acude a consulta veterinaria porque sus propietarios están preocupados. Está muy inquieta y no para para de rascarse la oreja, sin dejar que nadie se la toque, probablemente por el dolor que le provoca.